El Mundo de la Energía
Sábado 23 Noviembre 2024 01:47:35 AM

“Chevron está generando dólares y produce bolívares no inflacionarios”

Francisco Rodríguez: Venezuela ha perdido entre $ 15.000 millones y $20.000 millones al año por sanciones (Foto Oil for Venezuela)

Por Andrés Rojas Jiménez

“¿Quién se beneficia de la licencia a Chevron de la OFAC?”. Esta pregunta es el título del trabajo elaborado a finales del año pasado por el economista venezolano Francisco Rodríguez, docente e investigador de la Escuela de Estudios Internacionales Josef Korbel de la Universidad de Denver, luego que se conoció  autorización que otorgó la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro a la empresa estadounidense para enviar crudo a Estados Unidos de las empresas mixtas en las que participa en Venezuela.
A partir de ese momento se planteó la discusión entre economistas, analistas financieros y abogados si la referida autorización permitía a Petróleos de Venezuela (PDVSA) o al gobierno de Nicolás Maduro percibir ingresos por el incremento en la producción de las empresas mixtas en las que Chevron tiene participación minoritaria como Petro Piar, Petro Boscán, Petro Independencia o Petroindependiente o por las ventas que la compañía estadounidense haga cuando ese crudo se exporte a su territorio.
“Impedir que Chevron transfiera sus ingresos de las ventas en Estados Unidos a Venezuela no impide que el gobierno venezolano reciba más ingresos como resultado del acuerdo”, fue una de las conclusiones señaladas por Rodríguez en su estudio. “Esto es así porque lo importante para determinar la recaudación fiscal de Venezuela no es cuánto vende Chevron en Estados Unidos sino cuánto vende Petro Piar en su conjunto”, acota el economista quien también es impulsor de la fundación con fines humanitarios Oil for Venezuela (Petróleo para Venezuela).
Han transcurrido casi seis meses de la referida autorización otorgada por la OFAC y todo indica –de acuerdo a este economista- que hay recursos adicionales que están entrando gracias a lo que comúnmente se ha dado a llamar como el “Efecto Chevron”. 

-¿Los ingresos que generan esos barriles que Chevron exporta hacia Estados Unidos ingresan a la economía venezolana y entran a PDVSA, al Banco Central de Venezuela o alguna de las instituciones del Estado venezolano?

-La respuesta es sí. Efectivamente se están recibiendo ingresos tal como lo señalé en ese trabajo que se publicó en diciembre después que salió la Licencia General Nº 41 porque no hay alguna disposición que impida que como resultado de las exportaciones de Chevron se genere una contribución fiscal para Venezuela. La licencia dice algo muy curioso que no se puede pagar regalías o contribuciones directas para el gobierno de Venezuela pero resulta que Chevron no es la paga esa contribuciones sino que las paga la empresa mixta en las que Chevron es accionista minoritario, principalmente Petro Piar y Petro Boscan. 

-¿Cómo opera ese pago?

-Las decisiones de las empresas mixtas las toma sus respectivas juntas directivas, que representan al accionista mayoritario entonces el minoritario no puede ser acusado de violar las sanciones porque no controla esas decisiones y lo que hemos visto es que Chevron compra el petróleo, lo vende en Estados Unidos yutiliza dólares que obtiene de esas ventas para ofrecerlo en el mercado cambiario local y obtener bolívares y lo que se entreg al Estado venezolano son esos bolívares que van a una contribución fiscal y pagar gastos operativos de sus empresas en Venezuela. Se debe entender que con este mecanismo lo que se está haciendo es hacer lo mismo que haría el Gobierno con ese dinero, es decir, si estuviésemos en el esquema regular en el cual el petróleo de las empresas mixtas se vende directamente o a través de PDVSA; le entregaría los dólares al Banco Central, que los habría vendido en el mercado cambiario y los venezolanos hubieran podido comprar dólares más baratos a los que hubieran recibido si no se tuvieran esos ingresos y a través de la intervención cambiaria el gobierno canalizaría los dólares hacia la economía. Es lo que Venezuela ha hecho siempre con los ingresos petroleros desde la nacionalización del petróleo en 1976.

-¿Se está haciendo lo mismo aún con el esquema de sanciones?

-Se está haciendo lo mismo, salvo que el esquema de sanciones ha llevado a que en cierto sentido se privatice una de las funciones del Banco Central. En vez de estar haciendo el Banco Central la venta de divisas que obtiene de la industria petrolera, en este momento una de las empresas del sector, como es Chevron, está generando dólares y los vende en el mercado cambiario y venta produce bolívares no inflacionarios, es decir, bolívares que el gobierno no tiene que imprimir. Por tanto, Chevron vende dólares a cambio de bolívares que ya están en circulación y le entrega esos bolívares al gobierno esos son los que el gobierno puede disponer sin que tenga efecto inflacionario porque no se está aumentando la cantidad de dinero que circula en la economía y se le está transfiriendo al gobierno una capacidad de pago efectiva para hacer sus gastos y se está derivando un ingreso fiscal real en base a esas ventas. Una de las cosas que indiqué en el referido artículo es que si el gobierno de Maduro no estuviera derivando ingresos de esta operación no hubiera tenido interés en aceptarlo. Evidentemente el gobierno aceptó el esquema porque le proporciona ingresos que le permiten aumentar su capacidad de compra y pagar gastos en bienes y servicios públicos.

-¿Esto implicaría que otras empresas –si reciben autorización- como ENi y Repsol utilizarían el mismo esquema para efectos fiscales?

-Es probable, pero hay que recordar que nunca tendrán el mismo esquema porque el régimen de licencias propiamente dicho afecta a las compañías estadounidenses pero en el caso de ENI o Repsol, como son europeas, no necesitan licencia y por eso hay compañías que le compran a Venezuela. Estas empresas, sin embargo, a  pesar de que legalmente no necesitan una licencia tienen el temor de que el gobierno de Estados Unidos pudiera tomar represalias especialmente a través de sanciones secundarias si le compran petróleo a Venezuela. Ahora esas empresas podrían buscar o gestionar lo que se llama una carta de no objeción por parte de la OFAC en la cual les manifiesta que no tiene objeciones para hacer esas transacciones aunque esa oficina puede establecer condiciones que sean exactamente las mismas de Chevron. Por tanto, efectivamente se podría llegar al mismo esquema pero también es posible que por ser una situación legal distinta el esquema sea diferente.

-¿Los cálculos de ingresos que hizo se mantienen o han sido modificados?

-Los cálculos en ese momento estaban basados sobre una serie de escenarios hipotéticos y estamos viendo que PDVSA obtendría recursos de una u otra forma. Incluso, asumimos que si aun Estados Unidos hubiese conseguido la forma de impedir que se canalizasen ingresos en dólares o mediante este mecanismo de bolívares hacia PDVSA, igual de todos modos a estas empresas mixtas les quedaría la base de la mayor producción y más bien le deberían a PDVSA. Esa deuda no solo se cancelaria contra otras deudas sino que también se podría cobrar de las exportaciones que harían las empresas mixtas a otros mercados como China. En todo caso, lo que estamos viendo en base a los volúmenes y precios actuales, es podríamos estar hablando de una contribución fiscal que se está obteniendo en base a las operaciones de Chevron de alrededor de 1.000 millones y 1.500 millones de dólares anuales con los niveles actuales de producción.

-¿Esto revelaría que una flexibilización de las sanciones permitiría una estabilización económica?

-Por supuesto. Hay algo muy claro. Independientemente del peso que le asignemos a las sanciones en la caída de la producción petrolera y en el colapso económico de Venezuela, lo que está claro de lo que ocurrió con la economía venezolana entre 2012 y 2020 fue que colapsaron los ingresos petroleros. La economía venezolana cayó 72% del Producto Interno Bruto (PIB) porque el país no tenía petróleo que vender debido a que cayó la producción petrolera y bajaron los precios. Entonces si vemos los ingresos petroleros, estamos frente a una caída de 93% y por supuesto que si se desploman Venezuela afronta una hecatombe económica como la que ocurrió. Eso quiere decir que una flexibilización de sanciones puede comenzar a revertir esa caída aunque sea parcialmente.

-¿En cuánto puede revertirse?

-Hay un debate extenso sobre cuánto puede revertirse y cuánto podría aumentar la producción petrolera si se flexibilizan las sanciones o si se levantan todas las sanciones, pero independientemente de las distintas posiciones que haya con respecto a ese debate, lo cierto es que sí aumenta la producción -como estamos viendo con el efecto de Chevron- se podrían ver otros aumentos en las empresas mixtas y de la misma PDVSA en la medida en que haya flexibilización y eso va a generar mayores ingresos petroleros y dinamizar la economía del país como siempre lo han hecho. La economía de Venezuela fue, es y seguirá siendo una economía altamente dependiente de los ingresos petroleros y eso quiere decir que todo lo se generen por el lado de Chevron más una cantidad similar por el otro lado de otras empresas y se genera una flexibilización que abra espacios y se genere inversión en  nuevos pozos entonces, entonces podríamos estar hablando de un aumento de unos 10.000 millones de dólares en  ingresos petroleros para Venezuela y eso determinaría una diferencia enorme y significativa sobre la economía. Eso implica importaciones de bienes de consumo y de bienes de capital, además de bienes intermedia,  dinamizaría tanto el sector servicios como el sector industrial y el agrícola. Yo sí creo que lo que estamos viendo en el caso de Chevron un indicador bastante claro de que el país puede crecer aunque no como para recuperar toda su capacidad de ingreso pero sí puede registrar un crecimiento significativo en base a la flexibilización de sanciones.

-¿Cuánto se ha dejado de percibir Venezuela por las sanciones?

-Hay muchas estimaciones. La caída en los ingresos petroleros comienza en el año 2012. Hay gente que en el debate señala que la crisis comenzó antes de las sanciones y ese es un argumento que mayoritariamente esgrimen quienes sostienen que se deben mantener las sanciones. Pero ese es un argumento muy débil.
La caída de los ingresos petroleros que genera la fuerte recesión económica venezolana que precede a las sanciones es producida fundamentalmente por el desplome de los precios petroleros que ocurrió entre 2014 y 2016 cuando bajaron 100 dólares por barril en febrero de 2016 a poco más de 20 dólares. Esa enorme caída en los precios del petróleo llevó a un desplome de las exportaciones petroleras venezolana y llevó a la economía venezolana a una gran recesión. Los precios llegaron a su mínimo en 2016 y después aumentaron 78% entre 2016 y 2018. Sabemos luego de más de 100 años de historia económica venezolana que ese aumento en los precios del petróleo habría llevado a una recuperación o por lo menos a una estabilización de la economía venezolana, pero lo que vimos fue que siguió cayendo, se entró en hiperinflación en 2017 y el país entro en una crisis severa porque la producción petrolera comenzó a caer de manera acelerada a partir de agosto de 2017, después entre enero y febrero de 2019 y luego a principios de 2020 asociado por elemento de sanciones. Hay muchos trabajos que cuantifican el efecto de las sanciones y hay un rango de estimaciones más conservadoras a otras bastante significativas. El grueso indica que a los precios actuales del petróleo estaríamos hablando de una pérdida de ingresos anuales entre 15.000 millones y 20.000 millones de dólares.  Eso es lo que la economía tendría en este momento adicional en ausencia de sanciones. Eso haría una diferencia significativa para la economía venezolana y da una idea de cuál es el margen de recuperación de ingresos, capacidad de importación y de crecimiento de la economía venezolana que se puede dar en un escenario de flexibilización y levantamiento de sanciones.

-¿Se prevé un comportamiento positivo de la economía venezolana o ve alerta de contracción?

-Ciertamente hay alertas de contracción de la economía y ciertamente hay unos pronósticos que se han ido hacia el lado negativo para el 2023. Sin embargo, yo creo que vamos a experimentar un crecimiento positivo de un digito, es decir, no tan alto como el año pasado.

-Hay cifras que indican una contracción como la del Observatorio Venezolano de Finanzas

- No me queda claro el resultado negativo del comportamiento del primer trimestre de 2023 porque los datos de importación siguen mostrando una tendencia de recuperación, que podría indicar un crecimiento económico pero sería débil por la caída de los ingresos petroleros, toda la crisis de cobros de PDVSA y la paralización de los contratos que se dio a principios de año pero creo que eso es un episodio eventual que tendrá efectos entre tres y seis meses. Lo que va a dominar en mediano plazo y para todo el año será la recuperación de la producción petrolera siempre con la incertidumbre de hacia dónde van los precios porque depende en gran parte del conflicto entre Rusia y Ucrania.

A su criterio, ¿el gobierno de Nicolás Maduro asume posturas de prudencia fiscal cuando se ve la decisión de no aumentar los salarios y solo incrementar el pago de bonos o sencillamente hay problemas de caja e ingresos tan graves que no permiten atender ese compromiso?

-Las dos cosas están relacionadas y en realidad esto es una de las verdades y hechos más grandes de la economía política como es que los gobiernos populistas se vuelven neoliberales cuando se quedan sin plata. Nosotros comenzamos a ver eso con Maduro a finales de 2018 y principios de 2019 cuando se decidió adoptar la dolarización, eliminar los controles de precios y de cambio. Por tanto creo que Maduro está obligado a la prudencia fiscal porque se quedó sin dinero y la hiperinflación te volvió prudente porque destruyó los salarios del sector público porque 80% del gasto del sector público son salarios y pensiones. También hay una realidad como es que el país está muy golpeado en su capacidad de generación de ingresos y el Estado no tiene recursos para pagar más de lo que se está pagando. En 2018, cuando dirigí el programa de gobierno del candidato presidencial Henri Falcón, con una economía antes de las sanciones y menos debilitada que la actual, nosotros sacamos los números y en ese momento solo podíamos comprometernos a pagar un salario mínimo de 75 dólares mensuales. Hoy hay una realidad como es que el Estado venezolano no tiene como pagar por la nomina enorme de trabajadores que tiene.  

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PUBLICADO: 15 de mayo de 2023
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