El Mundo de la Energía
Sábado 23 Noviembre 2024 07:08:40 PM

Suárez Núñez: "Siempre tuve miedo de que me pudieran decir que era un periodista pagado por PDVSA"

Por Liliana Cadena Monsalve / Andrés Rojas Jiménez

El periodista José Suárez Núñez, con 90 años de edad, es una autoridad en la cobertura de información petrolera y gasífera en Venezuela. Trabajó en el seguimiento de esa fuente en los más importantes periódicos de su país: El Nacional, Diario de Caracas, El Mundo, Últimas Noticias. Nació en Cuba y llegó a Venezuela en 1963, cuatro años después de que Fidel Castró asumiera el poder. Percibe con preocupación la actual situación del sector de hidrocarburos del país y advierte un deterioro institucional en las operaciones de PDVSA. Falleció a finales de 2018 en Caracas.

—¿Existe eso que se conoce como periodismo petrolero?
—Es una fuente del periodismo económico, y muy cerrada para obtener información.

—¿Eso sólo ocurre en Venezuela o también en otros países?
—En el mundo entero, pero con la particularidad de que en Estados Unidos y Europa, por disposiciones legales, las compañías están obligadas a presentar sus balances e informes de gestión trimestral, así como pasa con las empresas financieras o las que cotizan acciones en bolsas de valores. Por esos informes uno se entera de la producción, cuánto dinero recibieron o cuánto fue su ganancia y no hace falta hacer preguntas para saberlo.

—¿Cómo comenzó usted a cubrir la fuente petrolera?
—Yo trabajaba en El Diario de Caracas y los periodistas que estaban allí comentaban que les resultaba difícil conseguir información petrolera porque cubrían otras fuentes en el ámbito económico, político o de información general. Por eso, los colegas Rodolfo Schmidt y Manuel Felipe Sierra tomaron la decisión de que yo me encargara de la fuente petrolera.

—¿No le tuvo temor?
—No.  Se trataba de un reto, aunque me dijeron que cómo era posible que un extranjero cubriera la fuente petrolera en Venezuela. También los propios gerentes de la industria pensaban así, en particular el de Relaciones Públicas de PDVSA para aquella época, Gabriel Paoli, se quejaba de mí porque decía que cuando escribía de petróleo parecía la redacción de una crónica policial.

—¿Era verdad eso?
—Lo que hacía era poner títulos más atractivos a las notas porque la información petrolera es muy densa. No podía quedarme sólo en cuánto sube o baja el precio del petróleo, sino que tenía que averiguar sobre el negocio y escribirlo de manera clara y atractiva para los lectores. Me las arreglé para conocer gerentes que me hablaran de lo que estaba pasando en la industria.

—¿Cómo hacer para que la gente se interese en leer sobre petróleo en el periódico?
—El texto tiene que ser atractivo. Quizás la primera vez que se intente hacer un reportaje con un estilo ameno haya un jefe de redacción que diga que así no se escribe de petróleo, y por eso se requiere un sentido para concertar y hacer un escrito agradable para todos en el país. No se puede convertir una información petrolera en una nota de la fuente policial.

—Pero hay hechos del negocio petrolero que parecen de periodismo de sucesos porque hay crímenes, asaltos y hasta muertes…
—Ciertamente. ¿De dónde salió la maleta de Antonini, el caso del banco suizo o el fraude que se cometió con el fondo de jubilación?

—¿También podría ser periodismo de farándula si tomamos en cuenta que PDVSA patrocinó una escuela de samba en Brasil?
—¡Claro! y perfectamente esa nota podría llevar como título: “PDVSA ahora baila samba”, pero quizás se ofenda con eso.

—Si la fuente era cerrada, ¿cómo hizo para ir logrando esos contactos?
—Iba a todos los actos petroleros y ahí conocí a mucha gente. Tengo un cajón lleno de fotos con todos los gerentes petroleros, quizás algún día haga un libro con puras caras de gerentes de PDVSA.

—¿Por qué Venezuela, siendo un país petrolero, cuesta tanto que un periodista cubra esa fuente?
—Eso es culpa de los gobiernos y de la propia PDVSA.

—¿De los gobiernos?
—Cualquiera de los gobiernos venezolanos; eso pasó con los de Acción Democrática y Copei, quisieron mantener o conservar la discrecionalidad o ese bajo perfil de la información petrolera.

—¿Por qué?
—Cuando se dio la nacionalización del petróleo en 1976 hubo momentos con altos precios del crudo y para los efectos de presupuesto público se fijaba un precio menor. Eso lo hacían para reducir la carga fiscal.

—El chavismo terminó copiando lo que hacían AD y Copei…
—Lo agudizó y todo lo pasó para PDVSA, al extremo que ahora la deuda de la estatal es dos veces mayor que la del gobierno venezolano.

—¿Qué es lo más difícil para un periodista que sea asignado a la fuente petrolera?
—Aprender a controlar los nervios cuando no se consiguen noticias, y ahora mucho más porque este gobierno está enredado con el manejo de la industria.

—En la cobertura de toda fuente se corre el riesgo de que el periodista se mimetice tanto que se termine convirtiendo en un relacionista público, ¿cómo hizo usted para evitar eso?
—Siempre tuve miedo de que me pudieran decir que era un periodista pagado por las petroleras o por PDVSA, porque sí  hubo algunos que recibieron sus chequecitos. Eso es una satisfacción personal y debo sentir que aún con la crítica siempre hubo un trato respetuoso.

—¿Cuál es el presidente de PDVSA al que usted le profesa mayor respeto?
—Al fundador: el general Rafael Alfonso Ravard. Ahora, simpatía a Humberto Calderón Berti, a quien hay que reconocerle que fue el hombre que abrió las puertas de PDVSA, eso pasó también con Luis Giusti. Podría decir que tanto Calderón Berti como Giusti, siendo gerentes de la industria, conocían también que por la posición que tenían debían tener un manejo político en la actividad petrolera y no partidista como vemos con el chavismo. Ellos entendían el lenguaje de los políticos. También destacaría el nombre de Alberto Quirós Corradi, que estuvo en la presidencia de Maraven, pudo haber sido ministro de Energía o presidente de PDVSA, pero no lo fue. Quizás le tuvieron miedo porque era muy audaz debido a que venía de una empresa como Shell.

Rómulo y Fidel
—¿A cuál de los presidentes venezolanos que ha conocido admira más?

—Sin lugar a dudas, al gran Rómulo Betancourt. Defiendo el protocolo o Pacto de Punto Fijo que promovió entre su partido Acción Democrática, Copei y URD.

—Betancourt escribió Venezuela, política y petróleo, ¿ese es un libro de referencia?
—Sí. Vale la pena porque muestra la experiencia y la visión personal de un gobernante en su bregar con las empresas petroleras foráneas. Ahora, debo decir que Betancourt le metió una mentira a Fidel Castro cuando vino a Caracas por primera vez a pedir petróleo.

—¿Cómo que le metió una mentira?
—Betancourt le dijo a Fidel: “No te puedo dar petróleo”.
 

 

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PUBLICADO: 27 de junio de 2019
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