El Mundo de la Energía
Viernes 20 Junio 2025 04:27:58 AM

“La OFAC se encargó de asegurar que las divisas de Chevron nunca fueran al gobierno de Maduro”

Tamara Herrera: “La libertad cambiaria no es plena porque aún se mantiene una supervisión y el gobierno no ha abandonado su estrecho enfoque supervisor” (Foto Síntesis Financiera)

Andrés Rojas Jiménez

La economista Tamara Herrera, presidenta de la firma consultora Síntesis Financiera, aborda lo que está ocurriendo en lo que podría ser un nuevo episodio que afronta la casi eterna inestabilidad económica venezolana. Ahora, con la decisión del gobierno de Donald Trump de no extender las operaciones de Chevron en las cuatro empresas mixtas en las que tienen participación minoritaria en sociedad con Petróleos de Venezuela (PDSVA).
Se refiere a la evolución que tuvo la producción petrolera -y el mercado cambiario venezolano- con la Licencia General Nº 41 de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro, vigente entre noviembre de 2022 y mayo de 2025, y las medidas de criminalización y negación del mercado paralelo adoptadas por el gobierno de Nicolás Maduro.

-¿La política económica del gobierno de Nicolás Maduro en estos dos últimos años (2023 y 2024) básicamente se sustentó en los beneficios que tenían las licencias de la OFAC, sobre todo las de Chevron, y no se plantearon otras medidas u opciones?

-No hay demasiadas opciones. Hay cosas que podrían ser más profundas, pero eso no deja de lado que ha habido un esfuerzo sistemático de construir mecanismos de acuerdos y contratos en el específico ámbito petrolero para lograr socios, inversionistas, figuras jurídicas que permitan avanzar y, por eso, se ha escuchado tanto hablar de los Contratos de Participación Productiva -los CPP- con empresas extranjeras. De hecho, hay de distintos países y son la esperanza de incorporación de capital para mantener el crecimiento de la producción, pero eso fue avanzando con mucha lentitud.
Ahora la información que tenemos es precaria porque la opacidad es casi que la norma en Venezuela y, en la práctica, las cosas no se facilitan por razones de eficiencia y por las limitaciones exógenas que están dadas principalmente por las sanciones, lo que dificulta la incorporación de socios.
Por tanto, la presencia de Chevron fue crucial porque descargaba en parte la tarea del Banco Central como proveedor de divisas a la economía. Las cosas fueron mejorando gracias a la presencia de Chevron.

-¿Esa presencia de Chevron en Venezuela, después del 27 de mayo, está marcada por una autorización del Departamento del Tesoro que no es pública?

-Eso es parte de la opacidad. Es cierto que las licencias también pueden ser privadas, pero no es buena señal que primero la empresa estuviera desempeñándose en una esfera relativamente visible y de golpe pase a estar a oscuras y eso deja espacio a la especulación. Toda opacidad en el ámbito económico es absolutamente negativa porque se presta a abrir el rango de interpretaciones y especulaciones bien o mal intencionadas y eso es un retroceso político.

-¿Las divisas que vendía Chevron y entraban a la economía venezolana iban a las cuentas del gobierno como se ha señalado desde el punto de vista político?

-No. Por supuesto que hay una persistente manipulación política, y en mi opinión, un falseamiento malintencionado porque la Licencia General Nº 41 de la OFAC, si de algo se ocupó era de asegurar que las divisas petroleras que entraran al país no fueran directamente al gobierno, ese era un requisito que puso la propia OFAC y se aceptó ese convenio porque había el beneficio del aumento de producción, la posibilidad de pagar impuestos, es decir, la obligación legal para toda empresa en el planeta de realizar una contribución fiscal.
Para eso se cambiaban los dólares y entraban así al mercado de mesas de cambio del sector privado para atender exclusivamente a la economía privada. Esas divisas no iban a ningún ministerio ni empresa pública, por ninguna de las vías. Por eso ahora se siente esta aceleración de la depreciación en la tasa de cambio y la merma en la oferta, que comenzó incluso antes de la extinción de la Licencia Nº41B, que fue emitida a fines de marzo para dar 60 días para que desmontaran las operaciones de Chevron en las empresas mixtas.
Ya en abril y mayo, la merma en el suministro de divisas al tejido empresarial privado había desaparecido. Así que ese es parte del sufrimiento de devaluación que se está sintiendo y parte de la intención de la medida de presión por parte del Departamento de Estado de Estados Unidos.

-¿Las decisiones que están tomando el gobierno y el Banco Central de Venezuela en materia cambiaria son atribuibles básicamente a que se restringió la oferta de divisas de Chevron y de otras compañías?

-Hay una tensión o crisis cambiaria no resuelta. El año pasado tuvimos episodios fuertes después de la congelación de las tasas de cambio por un buen tiempo y el espacio cambiario es extremadamente sensible a cualquier cambio de perspectivas económicas o políticas.
Entonces, cualquier noticia o anuncio inmediatamente se manifiesta en la tasa de cambio porque se va a un refugio; y en Venezuela la incertidumbre y la falta de información exacerban y aumentan la demanda de divisas, lo cual en este contexto de precios petroleros internacionales en declive hace muchísimo más exigente esa situación.
Durante el cortísimo bimestre de la Licencia General Nº 41B, se vieron los efectos de la limitación que iba a tener ese permiso al mandar a Chevron a recoger los macundales y desmontar operaciones. Eso se sintió en el mercado cambiario. Por tanto, si mezclan situaciones de incertidumbre política o declaraciones que puedan ser inquietantes en un momento dado, pues entonces se tiene una mayor demanda con una situación de un flujo ordinario de divisas en declive.

-¿Eso qué significa?

-Significa que el Gobierno tendrá que recurrir a fondos que tengan eventualmente guardados, operaciones especiales sobre las cuales tampoco hay ninguna información. Entonces, lo que tenemos es una situación de escasez de divisas y, obviamente, el gobierno está haciendo lo que ocurre en una situación de escasez como establecer directrices para jerarquizar la entrega de divisas al aparato productivo preferentemente esencial.
Pero eso no quiere decir que la oferta del Banco Central satisfaga toda demanda y todo el que no pueda llegar allí se va a ir a buscar divisas en el paralelo en las diversas fuentes que hay. Y, por supuesto, eso crea una presión al alza en ese precio. Toda escasez genera un aumento del precio de lo que sea, en este caso es el precio de esa moneda norteamericana.

-¿Cuánto puede ser esa caída en la oferta de divisas?

-Chevron y las empresas licenciadas estaban proveyendo al país entre un rango de 160 millones a 200 millones de dólares por mes. Ya en mayo, aun cuando todavía no había expirado la Licencia Nº41B, se notó una virtual desaparición de esa oferta. En marzo pasado, estimamos que estuvo en el orden de 80 millones y en mayo no creo que haya llegado a los 20 millones de dólares para un mercado que tiene un tamaño, en condiciones normales, por orden de 400 millones de dólares por mes. Por eso ahora es una oferta que le toca cubrir al Banco Central.

-¿Considera que el control de cambios fue desmontado o todavía persiste con cierta flexibilización y con unas regulaciones puntuales? ¿Se puede decir que en Venezuela existe una plena libertad cambiaria?

-No es plena porque aún se mantiene una supervisión y el gobierno no ha abandonado su estrecho enfoque supervisor y está encima de ese mercado vigilando el precio del tipo de cambio oficial, establece directrices y, por tanto, no hay una libertad cambiaria. No obstante, se dio un avance importante y relevante con la descriminalización.
Ahora tenemos el nuevo gran problema del diferencial de tasas de cambio, que ya tiene más de un año tomando fuerza y generando serios problemas a la actividad económica nacional y es una fuente de aumento de precios e inflación y lo que más me preocupa es que tiene un potencial recesivo relevante, pero eso no se resuelve oscureciendo las tasas de mercado paralelo.
Una de las razones de ese diferencial es la obligación legal de que toda facturación tiene que hacerse al tipo de cambio del Banco Central de Venezuela y la realidad es que la escasez de divisas obliga a personas y empresas a buscar las divisas en el mercado no formal o el que no pasa por las mesas de cambio bancarias sino en la calle. Esa diferencia va aumentando y la gente empieza a tener costos marcados por ese mercado.
Recuerdo una vez en una reunión que alguien me dijo: “Yo puedo vivir y manejar la demanda de mis clientes y los precios si hay devaluación porque voy acompasando y adaptando mi gestión, pero lo que es terrible es cuando se separan esas tasas porque es una fuente de pérdidas”. Cuando hay pérdidas, empiezan a desmejorar las condiciones de trabajo, a perderse puestos de empleo, disminuir el potencial de producción en cada una de las empresas, las decisiones toman un carácter de protección y de eso ya tenemos demasiado en Venezuela.

-Mencionó que una de las decisiones claves del cobierno con respecto al desmontaje del control de cambios fue descriminalizar el mercado paralelo. ¿No hay un retroceso con las recientes medidas de detención a todos lo que representaban las fuentes de información de ese mercado?

-El retroceso más importante es que crea el temor del retroceso, es decir, el temor de una involución en la política cambiaria cuando es el Estado el que debe encargarse de proveer fuentes de información fidedignas. En Venezuela hay demasiada opacidad oficial, entonces si hay fuentes de información privada lo que debe asegurar el Estado es que sean confiables.
Por ejemplo, nosotros hemos dicho que hay fuentes de información, tanto en el sector público como el privado, que progresivamente se van interesando en conocer cómo transar en criptos y el gobierno lo ha promovido. Ya existen en el país dos plataformas de intercambio de criptos porque lo que más se está transando para facilitar los tiempos de las operaciones con esa stablecoin o moneda estable cripto como es el USDT.
Esa es una información de mercado ineludible y prácticamente incuestionable, entonces se debe reforzar la necesidad de información confiable y fidedigna, en vez de crear esta paranoia muy negativa de que va a haber una nueva filosofía criminalizante en las operaciones del mercado paralelo, el cual no va a dejar de existir, aunque se prohíba.
Simplemente si no hay una oferta mayor que la demanda, eso siempre se tiene que satisfacer en otro mercado donde pueda salir y tiene que ser a otro precio. Lo que se debe hacer es buscar que converjan las tasas, mejores condiciones, y por supuesto un entorno muy confiable. No estoy diciendo eso es fácil porque el entorno exógeno es malo y el funcionamiento de la economía también tiene mucho que mejorar, pero necesita también sinceración de parte de las autoridades en esa materia, poder explicarlo en sus equipos y a la población en general.

-¿Cree que se pueda mantener la producción petrolera de Venezuela con figuras jurídicas como los CPP?

-Las sanciones norteamericanas se han endurecido justamente desde la llegada del nuevo gobierno de Donald Trump y eso es algo que va a estar perjudicando a la producción petrolera. Quizás no se va a desplomar como ocurrió antes porque en Venezuela, en Pdvsa en particular, hay destrezas, aprendizaje y se cuenta con una condición operativa mejor que en el anterior periodo de máxima presión del 2019, pero no quiere decir que no hay un desafío logístico de primer orden por el problema de los diluyentes que antes entraban fluidamente a través de Chevron, exclusivamente para sus empresas mixtas y que ya no pueden venir.
Por tanto, Pdvsa tiene que hacer arreglos logísticos, cambios de estrategia que eventualmente significan dedicar más de la producción del mejorador de PetroPiar para abastecer el mercado interno de refinación y asegurar el suministro de combustibles en la economía y en el transporte público, es decir, hay varias cosas de reacomodo.
Sin embargo, no tengo la menor duda de que va a afectar la sostenibilidad de la producción y es el desafío de los CPP y qué empresas se incorporarán con suficientes músculos para mover los pequeños volúmenes que son importantes. Venezuela tiene un potencial enorme de producción petrolera a bajo costo que ojalá se pudiera poner en marcha y cuidado si no hay países que estuvieran dispuestos eventualmente a incorporarse a pesar de que Estados Unidos no lo desee.
 

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PUBLICADO: 20 de junio de 2025
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