Por Alexander Uzcátegui / periodista de Petroguía
Desde hace varios años hay millones de venezolanos que emigraron a otras latitudes en busca de una mejor calidad de vida o por razones políticas. Algunos se fueron hace tiempo, otros en épocas más recientes. Ahora en tiempos de cuarentena por la pandemia del COVID-19, conversamos con un grupo de connacionales que viven en el Reino Unido.
El pasado 23 de marzo, el primer ministro Boris Jonnson dijo que todos los viajes no esenciales y reuniones públicas tenían que parar y a la gente solo se le permitiría salir de casa para hacer ejercicio, hacer compras esenciales o por cuidado médico y cuando el trabajo no pudiera hacerse desde casa, según reporta la British Broadcasting Corporation (BBC).
El objetivo de la cuarentena es limitar la expansión del coronavirus para ayudar al Servicio Nacional de Salud y reducir el número de muertes.
Según el conteo de la Universidad John Hopkins, el Reino Unido tiene 166.441 casos hasta el cierre de abril mientras que el número de fallecidos por la enfermedad ascendió a 26.097.
Ana Marisol Angarita es una periodista venezolana que emigró a Gran Bretaña en 2004 cuando se casó con un británico. Trabajó durante ocho años para la BBC. Actualmente labora para el servicio de salud público (NHS por National Health Service) y es terapista complementaria. Labora con niños y adultos en un hospital tratando de mejorar su calidad de vida a través de masajes, reflexología y aromaterapia.
La cuarentena
Desde que el gobierno británico comenzó a restringir el movimiento de personas en las calles para evitar la propagación del coronavirus, cambió la rutina.
Desde el 3 de abril, Ana Marisol solo va al hospital dos veces por semana y el resto del tiempo lo pasa en casa. Comentó que había escasez de algunos productos.
Como al personal que trabaja en el NHS se le da prioridad, Ana Marisol no hace colas para entrar a los comercios. Mucha gente hace compras con servicios a domicilio, pero como se acabaron los slots, el sistema que tienen los británicos para hacer los pedidos, se forman colas en los supermercados. Por decirlo de alguna manera, cada local atiende los slots en un día y hora determinada, puede ser un sábado entre 4:00 y 5:00 p.m. No obstante, ya no hay canales o slots disponibles.
“Los negocios que son supermercados y de tipo abasto o tiendas pequeñas están abiertos. Hay ciertos establecimientos como Mc Donald´s que están cerrados porque venden por volumen y aunque hay delivery (entregas a domicilio) no hay la demanda requerida porque la gente ha optado por cocinar en su casa (…) Está permitido salir diariamente a pasear a tu perro o a hacer ejercicio, lo que no está permitido en otros países”, añadió Ana Marisol.
Como el clima están cambiando los hábitos, (está haciendo más calor porque comenzó la primavera) esto puede ser un factor que cambie la actitud de la gente. Siempre hay grupos que no hacen mucho caso a las autoridades.
Por su parte, Wilfredo Laborén, quien también es periodista y vive en Nottingham (al norte de Inglaterra), explica que la cuarentena ha sido impuesta con ciertas restricciones, pero no es tan estricta como en otros países de Europa. “Cada nación del Reino Unido tiene la potestad de hacer las normas más estrictas o relajadas. En Inglaterra, la instrucción del gobierno divide a los ciudadanos en tres categorías, pero la orden general es permanecer en casa y solo salir si es estrictamente necesario. Se puede hacer ejercicio físico bajos ciertas condiciones. He visto personas rompiendo estas reglas y he visto policías patrullando el centro de la ciudad”.
El Reino Unido está formado por Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, pero el término Gran Bretaña solo agrupa a Inglaterra, Gales y Escocia.
Susana Szlezinger, quien también es comunicadora social y también vive en Nottingham agrega: “Tenemos normas de lockdown (confinamiento) que te permiten salir una vez a la calle para hacer ejercicio por alrededor de una hora o ir al mercado para comprar ciertos alimentos, pero hay que hacer cola y mantener dos metros de distancia”.
“Le gente está obsesionada con la distancia personal, lo que se vio desde el principio, al punto que si te encontrabas personas en la calle agrandaban la distancia apenas te saludaban”, comenta.
Otro ejemplo lo tenemos con Arístides Pietrangeli, también licenciado en Comunicación Social radicado en Londres desde febrero de 2001.
En relación al lockdown explicó que solo se puede salir por 4 razones: comprar comida, ayudar a algún familiar que esté enfermo o necesite algo, trabajar (solo los trabajadores esenciales o key workers) y hacer ejercicio.
“La gente está acatando las normas, pero ha habido casos en que la policía ha tenido que intervenir”. Como ha hecho buen clima, la gente salió a los parques a hacer picnics”. “La mayoría de la gente ha cooperado y las calles se ven solas y sin tráfico”.
Por su parte, María Alejandra Gómez, ingeniero químico egresada de la Universidad Simón Bolívar, quien vive en County Durham, explica que la obediencia a las normas de aislamiento depende mucho de la zona en donde se esté. “En uno de los periódicos locales dice que 9 de cada 10 británicos está acatando las normas (…) En la zona rural donde vivo se ve que la gente está obedeciendo el llamado a quedarse en casa, pero se ha hecho más difícil cumplir la norma porque hace muy buen tiempo y cuando hay un poco de sol, la gente sale. Es como una tradición”.
María Alejandra vive en el Reino Unido desde el año 2014. Antes de mudarse a County Durham, vivió entre Sunderland y Newcastle, en el noreste de Inglaterra.
Colas por víveres
“Las colas para comprar comida siguen desde hace algunos días, aunque no son tan grandes como las que se ven en Venezuela. Los supermercados están bien abastecidos, por lo general. Puede que no se consiga un producto en un lugar, pero se consigue en otro”, dijo Ana Marisol Angarita.
“Sí he notado que hay problemas para conseguir harina (de trigo) porque parece que todo el mundo quiere hacer tortas y dulces mientras está en casa. Leí que no es un problema de producción, sino de empaque. Ha habido problemas con la entrega a los comercios (…) Antes de la crisis del COVID-19 estaban de moda las cajas de comida (ninguna similitud con el CLAP de Venezuela). Son compañías que ofrecen menús para ordenar en línea. Hay hasta 16 tipos. La gente se suscribe y ordena el número de comidas dependiendo de los comensales. El envío se hace una vez a la semana para que la gente cocine”, narra
También comenta que “este sistema se ha vuelto más popular porque la gente no quiere hacer colas. Por ejemplo en mi casa tengo la caja de comida dos veces a la semana, lo que me garantiza que si pasa cualquier cosa, como venezolano uno está buscando el peor escenario, tengo garantizada comida con proteína”.
Hay que hacer la salvedad que este es un tipo de servicio que usa la clase media británica, no es un programa del gobierno, ni nada por el estilo. La idea es ahorrar en cuanto a desperdicios para que la gente cocine algo sabroso y que sea fácil. Todo viene medido para el número de personas, no hay desperdicios porque todo se utiliza, dijo Ana Marisol.
“La demanda de pedidos por Internet está floreciendo y algunos comercios no pueden satisfacerla. En los supermercados se puede, por lo general comprar por internet, y que te lo entreguen en tu casa. Como ahora la demanda es bastante fuerte, la oferta se está expandiendo. Las farmacias, en algunos casos, también hacen entregas a domicilio. Esto también explica por qué las colas no son tan fuertes porque hay gente que sí puede comprar en línea. No es lo mismo estar en Londres que en otras partes de Inglaterra”.
Por su parte Arístides Pietrangeli afirma que sí hay colas para comprar comida, pero circulan muy rápido. Se forman porque se está controlando la cantidad de personas dentro de los supermercados para mantener el distanciamiento social. Una vez adentro del local no se ve mucha gente. “He hecho compras y cuando estaba listo para pagar no hice nada de cola y mientras pagaba tampoco había nadie esperando para entrar”.
“Por lo general compramos online, pero con todo lo que está pasando no se consiguen espacios (slots) para reservar. Los comercios están apartando la capacidad que tienen para personas mayores y de alto riesgo”.
Sin embargo en el interior del país también hay colas para comprar comida. De acuerdo con Wilfredo Laborén, los supermercados restringen el número de personas de acuerdo con el tamaño del local. “Compro las verduras y frutas en un local pequeño donde no caben más de tres personas a la vez, por lo que se hace una cola de máximo cinco personas”.
Los supermercados más grandes permiten más personas a la vez, pero tienen un mayor tráfico. “El supermercado al que normalmente asisto tiene colas muy largas de más de 30 personas para acceder al local (…) Como las personas guardan más de un metro de distancia entre sí, las colas son de varias cuadras”.
En relación a las compras nerviosas, Wilfredo dice que al principio hubo un pánico generalizado, los anaqueles se vieron vacíos en días y hubo muchos llamados de los supermercados para tranquilizar a la población. “Hubo productos que desaparecieron de los anaqueles al principios pero después regresaron”.
También onfirmó que hay mucha gente que hace compras online, aunque hizo la salvedad que los sistemas colapsaron en la primera semana.
Al respecto Susana Szlezinger relata que “los anaqueles están vacíos desde hace tiempo, la gente ha comprado una cantidad inmensa de papel toilette, no hay arroz, no hay muchas cosas, lo que ha originado que solo se pueda comprar una cantidad específica de artículos por casa”.
En el noreste del país la situación no varía mucho. “He ido al automercado y hay momentos en los que no he visto colas cuando entré pero sí cuando salí”. Depende de la cantidad de personas que decida ir al mercado al mismo tiempo”, explicó María Alejandra Gómez.
“La mayoría de los supermercados tienen medidas para mantener la distancia social. Dentro del local había probablemente entre 30 y 50 personas y cuando salí había una cola como de 10 personas esperando para entrar”. “Al parecer ayer las colas fueron grandes porque la gente se estaba preparando para el período de Semana Santa.
“Al principio de la cuarentena hubo muchas compras nerviosas de papel toilett, pasta, cerveza y ese tipo de cosas, pero después la gente como que entró en razón”, agregó.
PUBLICADO: 30 de abril de 2020