La oferta electoral de Gustavo Petro para Colombia en materia ambiental de no avanzar en nuevos proyectos de hidrocarburos –sobre todo de petróleo, pero también de gas natural- apunta a caer en la misma trampa en que se encuentra el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien ante a la crisis energética global y el aumento de las tarifas de combustibles ha optado por flexibilizar su postura frente a explotaciones de crudo mediante la técnica del fracking o fractura hidráulica.
Agrega la publicación que la viceministra de Energía de Colombia, Belizza Ruiz, es del criterio que es preferible importar gas natural y menciona la opción de Venezuela antes que avanzar en la producción nacional y ahorrar divisas, propuesta que genera polémica en grupos de la oposición colombianos y de las propias empresas que participan en el sector de los hidrocarburos.
“La producción de gas natural tiene impactos sociales y ambientales en los territorios. No va a haber más exploración y explotación de hidrocarburos. Sí se van a respetar las operaciones que se están adelantando por los contratos que ya están firmados”, asegura Ruiz. “No me queda claro por qué es malo comprarle a Venezuela y no a otros países. La soberanía no se verá afectada en ningún momento por el hecho de que tengamos unas plantas de regasificación en el Caribe y el Pacífico y activemos un gasoducto con países fronterizos como es el caso venezolano”, añade.
Esto implicaría retomar la actividad del gasoducto Antonio Ricaurte de 225 kilómetros que una a Maracaibo con Puerto Ballena en el departamento de La Guajira colombiana. Sin embargo, por el lado de la administración de Nicolás Maduro no hay avances más allá del encuentro que se dio entre el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, y el embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, tomando en cuenta que la opción única sería que se permita exportar el gas natural extraído del proyecto Cardón IV por la española Repsol y la italiana ENI.
PUBLICADO: 01 de noviembre de 2022