El Mundo de la Energía
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Promisorio futuro para el gas con nuevos precios de petróleo

Los precios en los contratos futuros de suministro de gas natural ya no se vincularan más al petróleo, rompiendo el paradigma de “sube el petróleo sube el gas natural (Foto YPFB)

Por Alvaro Ríos Roca / Socio Director de Gas Energy Latin America

Durante la década de precios elevados de petróleo (2005 a 2014), se dan una variedad de apuestas tecnológicas para fuentes alternativas de energía. En esa década, se comienza a producir competitivamente shale gas en Estados Unidos, que ha canibalizado al contaminante carbón en generación eléctrica y a los derivados de petróleo en industrias, comercios y otros usos. En el segmento transporte vehículos, maquinaria pesada, barcos y otros se comenzó a girar hacia el mini (small) LNG (líquidos de gas natural).
Estados Unidos con el shale inicia un nuevo ciclo exportador de GNL (Gas natural licuado) a gran escala (9.000 millones a 10.000 millones de pies cúbicos día el 2019) y que está haciendo que el gas natural a nivel global sea mucho más flexible, se trance mucho más en el mercado spot, otorgándole competitividad. Un futuro proveedor está ofreciendo GNL desvinculado de marcadores (cost plus).
En esa década, las energías renovables, principalmente la eólica y solar, bajan notablemente sus costos y ganan competitividad desplazando a derivados del petróleo, carbón y  gas natural en el sector eléctrico. Estas tecnologías fueron además incentivadas por el cambio climático.
En esa década, se impulsaron los primeros proyectos de Floating LNG que ahora son una realidad y quiebre tecnológico para producir y licuar gas natural costa afuera. Se tornó competitivo el mini GNL para aplicaciones en el segmento trasporte, en industrias y comercios por su menor volumen al almacenar y trasporte. Se da un vertiginoso impulso tecnológico a baterías de almacenamiento eléctricas, tanto para uso en vehículos como para respaldo a sistemas eléctricos, que son ya un disruptor.
Entrando en tema, el petróleo WTI ha superado los 70 dólares por barril, precio que sin duda causa mucha alegría en los que participan en la cadena de abastecimiento y sobre todo en las empresas y países productores. ¿Qué ocurrió para que el petróleo tome esta nueva vertiginosa alza de precios?
Varios factores. El fuerte desplome de precios a partir del 2014 recorta proyectos de exploración y explotación y los campos maduros  continúan declinando, generando menos oferta. La OPEP se pone de acuerdo y hace recortes de producción generando menos oferta. El planeta retoma algo de crecimiento económico y genera más demanda. Finalmente se dan una serie de eventos geopolíticos como los de Siria, Irán y otros que generan especulación en el mercado.
Este nuevo ciclo de precios elevados de petróleo, empero, generara una nueva ola para la irrupción de energías alternativas, que habían sufrido un freno por la competitividad del petróleo y sus derivados (2014 a 2017), principalmente en el segmento transporte, donde está la demanda nicho de este energético.
En Estados Unidos y muchos países del mundo ya se comienza a hablar nuevamente de retomar  conversiones de flotas de transporte pesado (buses y camiones), barcos y maquinaria pesada que usa derivados de petróleo a gas natural y para funcionar con GNL y mini GNL.
En nuestra región, Chile con GNL importado y bajo reglas de competencia viene haciendo una fuerte substitución de GLP, gasolina, diesel y otros combustibles pesados por mini GNL en industrias, comercios y maquinaria en minería. Con la llegada del GNL a Centroamérica ocurrirá lo mismo. Otros países en Asia están en la misma línea con el GNL, que sin duda es más limpio, flexible y competitivo.
En vehículos livianos, los usuarios preferirán los vehículos eléctricos. A esto debemos sumar las restricciones que ya existen en varios países para que vehículos propulsionados por diesel/gasolina no puedan circular en varias ciudades, principalmente en Europa y Asia. Algo así debería legislarse para el gas natural que contamina mucho menos que los derivados del petróleo si realmente queremos mitigar el cambio climático.
Finalmente, gran parte de los precios en los contratos futuros de suministro de gas natural ya no se vincularan más al petróleo, rompiendo el paradigma de “sube el petróleo sube el gas natural”. El gas natural comienza a tener vida propia. Por ejemplo, los precios de gas en el Cono Sur indican que serán de competencia gas con gas y con GNL como techo o marcador de precio.
Mientras más alto se pongan los precios para el petróleo, más penetración de gas natural y energías alternativas en el segmento transporte, que es el nicho de demanda de petróleo actualmente.
 


PUBLICADO: 18 de mayo de 2018
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